REFLEXIÓN: Tiempo de Adviento...

La Navidad se acerca a pasos agigantados…y precisamente nos encontramos en el período llamado Adviento, que significa “llegada”…es un tiempo bueno para poder pensar, empezar a hacer balances de tu vida personal…y por qué no, mirar un poco hacia atrás y ver si estoy conforme con lo que hecho hasta hoy.

Mi mamá me preguntaba días atrás si acá en Santiago había ya espíritu navideño…yo le dije que aún no, que tal vez era muy pronto. Pero, ¿Qué es este famoso espíritu?... se dice que no es un mito. No hay persona que pueda comprobar que no lo afecta la llegada de las fiestas. Esa tranquilidad y esa sonrisita que invade a algunos por estas fechas, se traduce para otros en ceños fruncidos y ganas de que se acabe pronto.

Aunque en diciembre, por lo general se duplica el trabajo, ya que hay que dejar las cuentas en orden, pese a que existe la percepción de trabajar menos. La plata se estira. Se hacen milagros con ella y al final, por lo general, alcanza para regalarle a todos alguna cosa. Los familiares distanciados se reconcilian en muchos casos, entre otras cosas.Pero ¿qué es lo que opera en la mayoría de las mentes que logra que esto suceda? Es algo así como un fenómeno de masas, a veces se transforma como algo impuesto, aunque a veces no lo parece. Un efecto parecido se alcanza a ver en los días del amor o de las madres. Estas fechas se desvirtúan de su fin de celebración histórica y de su connotación inicial y entran a hacer parte de la lista de fechas comerciales.

Para mucha gente la Navidad es sinónimo de gastos, comidas, y más trabajo, tanto en la oficina como en la casa. Pero, ¿será espíritu navideño adornar las casas con vivos rojos, con seniles figuras obesas que representan una cultura o tradición de Europa?...¿Bastará con que instalemos un Árbol de Navidad en el mejor lugar de nuestro lar y llenarlo con luces y colorido para que nos impregnemos de este espíritu? ¿Bastará, digo yo, con tener cubiertos toda nuestra lista de familiares, amigos, colegas y conocidos con regalos, para quedar bien? Si bien la estimulación visual que se da en estas fechas es notable, y difícil de abstraerse a ella, mas se dejan de lado elementos de nuestra vida en pos de “gastar”. Continuando con un post anterior, queremos ser diligentes y “desdoblarnos” a fin de rendir en nuestro trabajo, cumplir en nuestro hogar, y súmenle ahora hacerte notar ( o por lo menos hacerte presente) en nuestro reducido o amplio círculo social.

Sólo queda esperar, si bien no se puede prevenir el impulso comprador (encalillador), que haya tiempo para análisis interiores, para saldos y balances positivos, y que la alegría que pudieres sentir por estos días sea por esos detalles simples, que no los paga Mastercard, ni Presto ni Faladeuda, y que te hagan sentir mejor. ¡Bienvenida Navidad!