Desde que existe la literatura, el amor del hombre por la mujer ha sido uno de sus temas preferidos; los escritos de la antigua Grecia están repletos de crónicas sobre el amor que poetas, dioses y semidioses dedicaron a sus elegidas. La más popular y compleja de las actividades humanas -el amor por el sexo opuesto-, ¿despierta un sentimiento diferente en el hombre que en la mujer? "El amor, para el hombre, no pasa de ser un estado espiritual momentáneo ... para la mujer, es cuestión de vida o muerte". Esta frase, a pesar de no tener ninguna pretensión científica, refleja en algo el concepto sobre el amor masculino, íntimamente unido a la idea de inconstancia y de búsqueda de satisfacciones físicas. Los hombre estaríamos ligados de tal manera al sexo, que frente a una simpatía mutua con una mujer tenderíamos en general a ver la relación física como un fin en sí mismo, independientemente del amor.
LA VIRILIDAD POR ENCIMA DE TODO
La estrecha relación que establece nuestra sociedad entre actitudes masculinas y potencia sexual provoca, ya en los adolescentes, grandes preocupaciones por su virilidad. Otro concepto que carece totalmente de bases científicas y que sirve para reforzar la idea del amor masculino como íntimamente ligado al sexo, es que el erotismo es mucho más fuerte en el hombre que en la mujer. Numerosas investigaciones han demostrado que las necesidades sexuales de la mujer no son menos importantes o menos intensas, y que sólo existen ciertas diferencias en cuanto a la edad en que se manifiestan. Por ej., el impulso sexual alcanza su peak en el hombre entre los 17 y los 25 años, mientras que en la mujer ocurre entre los 25 y los 35.
EL CULTO DEL MACHISMO
El concepto occidental del amor masculino tiene su origen en el conjunto de normas de comportamiento que caracteriza -bajo formas y con intensidades diferentes- un fenómeno que denominamos machismo. Se trata de una imagen ideal de conducta masculina, a partir de la cual se establecen los límites y los diferentes caminos- que deberíamos seguir para cumplir con el rol de un verdadero "macho".
La división del trabajo entre el hombre y la mujer siempre ha reservado para el hombre las funciones más activas, el trabajo fuera del hogar, la protección de la familia y la obtención de los bienes materiales. A las mujeres se les asignaban actividades pasivas y sedentarias, relacionadas con el mantenimiento de la casa y la educación de los hijos. En función de esto, surgió un patrón de comportamiento masculino caracterizado por el culto a la virilidad, cualidad entendida no solamente como potencia sexual, sino también como fuerza para luchar y sobreponerse a las dificultades, y la capacidad para defender lo que es suyo. Dentro de este esquema, la violencia física se identificaría con masculinidad. Al asumir el papel de amante, marido o incluso padre o amigo, los hombres adoptaríamos un comportamiento que depende mucho de los patrones culturales aceptados por la sociedad que vivamos y actuemos.
EL INFELIZ SEXO DÉBIL
Según algunos "machos", convencidos de su superioridad, ésta se basaría en un hecho natural: la fuerza de sus músculos. En una civilización tecnológica, esta idea pierde casi por completo su sentido (si es que en alguna época tuvo sentido). Para que alguien, hombre o mujer, se convierta en médico o en especialista en computadores, no es necesario que tenga brazos fuertes ni agresividad. Sin embargo, socialmente persisten los conceptos de sexo fuerte y sexo débil, pero en última instancia, su significado es simbólico y no está relacionado con la fuerza de los músculos.
La ambigüedad de los criterios morales adoptados por los "verdaderos machos" es realmente llamativa. Establecen una distinción muy clara entre "sus" mujeres -madre, hermanas, esposa, hijas- y las "de los otros". Las primeras son -o por lo menos deberían ser- un modelo de virtuosidad y de fidelidad. Ellos serían capaces hasta de matar en defensa de su honra y de su reputación. Las otras -las mujeres en general- son, por lo menos potencialmente, seducibles y disponibles.
¿ES FELIZ EL SEXO FUERTE?
Hace algún tiempo se creía que los atributos que la sociedad nos indicaba como deseables correspondían al "orden natural de las cosas". El hombre debía ser autoritario, sexualmente agresivo y libre; la mujer, sumisa, casta y confinada al hogar. Debíamos ser fuertes, inteligentes y expertos; ellas débiles, ingenuas y faltas de experiencia. La sociedad muestra no sólo indulgencia, sino hasta una cierta aprobación cuando un hombre casado comete adulterio. La misma práctica es condenada violentamente cuando se trata de la mujer. La fidelidad masculina suele ser ridiculizada y hasta llega a ser considerada símbolo de impotencia. El "verdadero macho" es tanto más valorizado por los amigos cuanto mayor sea el número de aventuras sexuales de las que se pueda vanagloriar. Todos estos patrones determinan un tipo de relación entre los sexos en el que el hombre aparece como elemento dominador, agresivo y protector, quedando reservadas para la mujer la ternura y la afectividad.
La capacidad o la incapacidad del hombre para establecer relaciones normales con una mujer en su vida adulta depende creo, en gran medida, del tratamiento que haya recibido durante su infancia. El hijo rechazado, por ejemplo, siempre responderá a las manifestaciones de afecto en forma negativa. El hijo que recibió una generosa dosis de amor de su madre y que pudo llorar a voluntad cuando sufría algún dolor o experimentaba alguna emoción, generalmente crece sintiéndose seguro, y no se avergüenza de mostrar ternura por el sexo opuesto.
Las trasformaciones en los papeles económicos atribuidos al hombre y a la mujer han provocado cambios estructurales importantes que no permitirán que el "machismo" perdure. Sin embargo, la dinámica de las trasformaciones económicas no impone un ritmo equivalente a los valores y normas morales y a las costumbres. Como consecuencia se asiste a un enfrentamiento entre tradición e innovación, lo que hace que en una misma cultura coexistan grupos que sustentan las nuevas convicciones, con una mayoría que todavía vive presa de las viejas actitudes y procederes.
Creo que las relaciones entre hombre y mujer son como son. Ahora, las diferencias son obvias. No por eso hay inferiores y superiores.
ResponderBorrarLas mujeres en vez de halegar deberíamos reírnos con los chistes machistas. Total, son sólo eso: chistes.
Te leo. Saludos y...
¿Cuál es el blog de chanta TV?
Por el blog del blog del blog, es que llgue a tu blog. Super interesante, y buena reflexión, desde el punto de vista literario hay mucho que aportar. Te recomiendo "La bella y las bestias" de dario Osses.
ResponderBorrarMauricio.
don elias y sus post relexivos.. super informados.. me agradan..
ResponderBorrary hombres y mujeres.. historia de no acabar..
soy poco machista.. casi nada..
vivan las mujeres'¡¡
pedazo de post, muy bueno... como dice alguien ahí, faltó un remate, el "tan tan" para finalizar, pero muy entrete, recorres transversalmente un tema muy amplio.
ResponderBorraren lo personal creo q las diferencias se hacen desde la sociedad, y que ahi parte eso q nosotros nos sintamos impunes ante la infedilidad, o ellas tengan que ser 'difíciles' cuando las jotean; por ejemplificar al voleo. Tengo la percepción de que eso está cambiando, hay que trabajar no sólo estos fenómenos cotidianos, sino las verdaderas desiguladades; como las diferencias en salario, ingresos a la U, etc...
Bastante entretenido tu blog...Con temas para debatir, como a mí me gusta...
ResponderBorrarMe he dado un paseíto por tu blog y está increíble, me encantó... estaré de vuelta.
ResponderBorrar:-)
Publicas cosas muy interesantes.
Que tal estimado elias... uy! en extenso tu análisis viejo... tocaste varios temas, de culto teorico a la psicologia (por el calibre del análisis)tan complejo, pero solo puedo decir, en conjunto con esos poetas quienes inspirados en el amor (me incluyo)se llegue a un fin, quizas sea la conquista a la mujer y defenderla hasta la muerte, lo que nos lleva a actuar y mostrar lo primero a la vista (uno sbuenos biceps) quizas... o actuar como "machos" (y por ende aquel ser machista, nacido de aquel crossing-over de nuestra sabia madre naturaleza)merece varias reflexiones. desde antofa me despido (visita mi blog)
ResponderBorrarpepe el anacoreta:
ResponderBorrarno hay aporte...por algo es una reflexión...cada uno saca lo que estima conveniente...
viddeara:
por supuesto que en este mundo tratamos de que haya igualdad...sin ir más lejos, el lema de la campaña de Lagos era "crecer con igualdad"...pero aún hay atisbos de machismo y feminismo...
mauricio miranda:
Gracias por tu visita, y el blog recomendado, buenísimo...sigue aportando por estos lados...
serginho:
¡por supuesto que vivan las mujeres!...gracias por su lectura...
mariosillard:
gracias por tus calificativos al post...eso hace q me motive más a escribir sobre este tipo de cosas...el "tan tan" se lo dan quienes visitan el post...ellos opinan y se genera una especie de diálogo...por supuesto que todas estas diferencias nacen de la cultura de la sociedad...nosotros creamos las diferencias, mas allá de las fisiológicas preexistentes...
pluma confesionaria:
gracias por tu visita, y de eso se trata...de debatir...
teresa:
el machismo es parte de la cultura del hombre...pasa que "genéticamente hablando", en algunos no se expresa, en otros un poco, y en otros demasiado. Como diría alguien por ahí...todo exceso es malo...
patsy:
gracias por tus palabras, y espero tenerte de panelista frecuentemente por acá
Cristian:
el amor por una mujer es una poesía...y en afán de impresionarla es que a veces nos comportamos como "machos", o el efecto contrario...protegemos a nuestras mujeres porque no queremos que sean como el resto, o como se comportan con nosotros...y que bueno q tengas blog....lo leeremos...
GRACIAS A TODOS POR SER PANELISTA (NO OPINOLOGOS) DE ESTE POST Y EN GRAL. DE ESTE BLOG.
Bueno, bueno..... Creo que todavía estamos lejos de ver el gran cambio en los países hispanos. Yo he podido ver otras realidades en países del Norte de Europa (por ejemplo, Dinamarca). Ellas buscan un macho reproductor, engendran un hijo al que deciden criar solas a una edad madura y no viven esclavas de la limpieza de su hogar. Es más, leí unos estudios hace poco que decían que el hombre era más activo en las labores domésticas que ellas. Lo creo.
ResponderBorrarPero creo que ningún extremo es bueno, francamente.
Besos.
Rosa
Por cierto..... Yo nací un 11 de Septiembre. Creo que es una fecha clave en vuestro país.
ResponderBorrarUn saludo.
Rosa
Hola,
ResponderBorrarque bueno precisamente estaba buscando razonamientos sobre como los hombres sienten el amor pero leyendo leyendo creo que no hay ninguna conclusión al final... yo no se si sera cierto, pero los nuevos hombres liberales, creo que no se alejan mucho de ""El amor, para el hombre, no pasa de ser un estado espiritual momentáneo ..." aunque no comparta la segunda frase ya que es demasiado simple.
Me ha encantado que comentes que la vida sexual plena para las mujeres empieza a partir de los 25 y la de los hombres hasta los 25. MUJERES BUSQUENSELOS JOVENES!!!!
A mi me gustaria saber porque la mayoria de los hombres les cuesta tanto hablar de amor?
(quizas en estado cabreada)
Gracias!
Judith