¿Se puede odiar a una persona? ¿y aún se puede odiar después de haberla amado? Del amor al odio hay un paso, dice el dicho. Es habitual oír palabras de despecho ante una persona a la cual se le quiso mucho y ahora ese sentimiento se expresa en forma opuesta. Charles Darwin decía que las raíces del odio estaban en la venganza y en la defensa de los intereses propios; por su parte, Erich Fromm sugiere el odio aparece como respuesta a la amenaza (de alguien o de algo) a los intereses vitales de una persona.
Odio y amor son sentimientos increíblemente parecidos. Ambos, - aparentemente -, están gobernados en parte por lo irracional, y ambos conducen a un individuo a acciones heroicas o malas. Curiosamente, amor y odio, comparten zonas y estructuras cerebrales, ubicadas en la corteza y subcorteza cerebral, específicamente en el putamen, un núcleo situado en el centro del cerebro-, y la ínsula -en la superficie lateral de dicho órgano-, estructuras que también se activan con el amor romántico.
Además de las diferencias evidentes entre estas emociones, podríamos decir que el amor pocas veces es crítico; en cambio el odio es calculador, planifica su forma de venganza o de hacer daño; además, a nivel cerebral, partes extensas de la corteza asociadas al juicio y razonamiento, donde se procesan las ideas racionales, se inhiben en el amor romántico; en tanto, con el odio sólo se desactiva una pequeña zona localizada en la corteza frontal, encargada entre otras cosas de predecir y anticipar las acciones de los otros; por lo que no se observa inhibición de la razón, lo que explica la frialdad y cálculo, y afirmaría la definición de Fromm.
Se dice que el odio surge a partir de otros sentimientos, como la envidia, el miedo, la impotencia y la frustración; que el odio engendra odio. A veces se habla de odio para referirse a cosas o situaciones que no nos gustan, así como también para expresar nuestro disgusto por determinado grupos de personas. Lamentablemente, el odio da origen a la violencia, tal como se dio con el nazismo, que buscó aumentar el odio que ya existía hacia el pueblo judío, logrando una guerra y una mortandad de proporciones. Pero como dijo Buda, “El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor”
Interesante post, creo que alguna vez lo había leído por alguna parte, no me acuerdo bien.
ResponderBorrarDebe ser porque ambos son pasiones muy poderosas que nos pueden llevar a hacer cosas muy grandes y a veces muy estúpidas también. Ojo que el amor también puede ser destructivo, todo depende de cómo uno lo enfrente.
Saludos Elías.
Anaís S.
Amor y odio son, para mi, parte fundamental de la vida, ya que son los sentimientos que más mostramos y por los cuales más nos dejamos llevar.
ResponderBorrarSaludos