MISCELÁNEO: Insatisfacción Sexual Femenina...

Un tema desconcertante y dificil de conversar dentro de una relación de pareja es el referente a la vida sexual. El deseo sexual en la relación de pareja es lo que diferencia este vínculo de otros, como las relaciones de amistad, aunque si bien puede existir cierta atracción, no es precisamente la sexual, a no ser que las cosas al interior de la relación no esté funcionando.

Muchas mujeres sienten preocupación por el fenómeno de la insatisfacción sexual. Recuerdan que en sus primeros años de relación era todo de lujo: una mirada, caricia, una tocada, un roce hacía que la líbido se desatara en ambos. Pero con la convivencia esto se hace monótono, se convierte en rutina, ante lo cual muchos machos se sienten rechazados y poco deseables, y las damas experimentan una baja considerable del deseo, acompañada a veces de dolor físico y ausencia de orgasmo.

Estas disfunciones sexuales son en general, temas evitados en la pareja, fingiendo la situación bajo la frase “anda todo bien”. Existen varios tipos de disfunciones, unas menos conocidas que otras, pero tienen solución si son reconocidas, vistas y tratadas a tiempo.

El desorden del deseo sexual hipoactivo se refiere a la falta de motivación, fantasias sexuales, se evita el contacto, y se traduce en angustia, temor a que la pareja esté insatisfecha. En otras palabras, el otro sólo intima “por cumplir” y contando los minutos para que termine.

En el desorden de excitación, si bien existe deseo sexual, se pierde durante la relación la excitación, la lubricación y elasticidad vaginal, provocando dolor, irritación y una evitación del coito.

La anorgasmia, como su nombre lo dice, es la incapacidad de alcanzar el orgasmo, aun cuando hayan existidos suficientes caricias y tiempo. Esto provoca ansiedad en la compañera, y si los machos nos percatamos, nos produce frustración y un dejo de que no eres capaz de satisfacer a tu pareja.

Dispaureunia: ¿qué es esto? Es el dolor recurrente durante la relación sexual. Se puede deber a problemas físicos, como infecciones vaginales o al tracto urinario, adelgazamiento de las paredes vaginales en la menopausia o tras las heridas propias del parto.

Ahora, cuando los dolores no corresponden a lo descrito en el párrafo anterior, estamos hablando de vaginismo, el cual se produce por espasmos musculares en la entrada de la vagina, que interfiere o bloquea la penetración. Se produce por experiencias dolorosas anteriores o por problemas emocionales, o por problemas en la pareja.

Es importante poder hacer una revisión, y si corresponde, diagnosticarnos para ver como andamos en esta área, para así dar solución, y de paso, evitar infidelidades, malas relaciones o problemas en pareja.

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