Definir un
orgasmo es practicamente imposible, ya que cada uno tiene una idea y sensaciones distintas de éste. Ahora, cabe preguntar: ¿Cuál es el orgasmo normal: el
vaginal o el
clitoridiano?
Freud decía que el vaginal era
“normal” y el clitoridiano lo consideraba
“patológico”. Por supuesto ambos tipos son normales hoy en día. Al hablar de orgasmo clitoridiano nos referimos a aquel donde la mujer termina por estimulación directa y no por la penetración; en tiempos anteriores fue visto como una situación
“enferma”, pero en definitiva es un tipo de orgasmo, ya que el clítoris y los labios menores configuran una estructura especializada en la recepción de los estímulos placenteros.
¿Fingir un orgasmo? ¿qué es lo que lleva a mujeres principalmente, a llevar a cabo esta idea?…muchas lo hacen para no decepcionar a sus parejas, ya que el hecho de que la mujer tenga orgasmos es signo de que el hombre está haciendo su
pega bien, y la mujer, para no defraudarlo, para que no se vaya, en fin, para no herir su amor propio, finge la situación…algo tan manoseado por la
cultura porno, un par de quejidos estrepitosos y nos alejamos lentamente, del placer sexual, que es la mejor parte. Por lo mismo aparentemente es tan fácil fingirlo.
Un grupo de científicos holandeses descubrió que zonas del cerebro que controlan las emociones como el
temor y la
ansiedad reducen apreciablemente su actividad cuando una mujer tiene un orgasmo, pero continúan activas cuando ella lo finge. La investigación permitió concluir que cuando las mujeres tenían un orgasmo, las zonas del cerebro relacionado con el temor, la ansiedad y la conciencia se encontraban desactivadas. Por el contrario, cuando simularon un orgasmo, estas áreas se quedaron en alerta. Esto significa que si una mujer tiene miedo, o se halla con un nivel alto de ansiedad, le será muy difícil tener una relación sexual y más aún llegar a tener un orgasmo.
Hay dos cambios físicos por los que el cuerpo de la mujer debe pasar para que experimente el orgasmo. El primero es la
vasocongestión, es decir, la acumulación de sangre en los senos y órganos genitales; esto resulta en que los pechos y genitales se agrandan, el cuerpo se siente más tibio o caliente al tocarlo, el color de los pechos o genitales cambia, y aparece la lubricación vaginal. El segundo es la
miotonía o
tensión neuromuscular, la acumulación de energía en las terminaciones nerviosas y músculos de todo el cuerpo.
Si bien el fingir un orgasmo ha sido atribuido a las mujeres por años,
también los hombres podríamos fingir uno. En todo caso para nosotros es mucho más difícil que para las mujeres fingir un orgasmo, entendiéndolo, como el momento de máximo placer en una relación sexual, básicamente porque el orgasmo va directamente relacionado con la eyaculación, manifestación física con la que se pierde la erección y culmina el encuentro sexual. Si bien no se puede simular una erección, se puede simular una eyaculación, o simplemente simular el placer; sucede que a veces el cuerpo del hombre no acompaña cuando exiges, y por los mismos motivos – para no quedar mal – simulas un orgasmo. Un dato para tener en cuenta: un reducido número de hombres padecen de una disfunción que les impide alcanzar el orgasmo o lo retarda mucho. Entocnes, podríamos pensar que estos
amigazos, avergonzados por no cumplir con lo que se espera de ellos, finjan que lo lograron.
Para
acabar, valga la redundancia, si quieres conseguir un orgasmo, haz todo lo que haces cuando lo sientes de verdad, acelera la respiración, jadea, gime y mueve las caderas, puede que de este modo distraigas a tu cerebro racional y eso permita que el emocional se relaje y provoque el orgasmo, que siempre es involuntario.