23 junio 2007

The world of zurdos


Aparentemente ser “ñurdo” es mucho más que escribir con la mano izquierda. Es algo que se piensa está establecido genéticamente, y el zurdera es la dominancia del hemisferio derecho del cerebro por sobre el izquierdo. La lateralidad izquierda no es una enfermedad, sino algo que se debe asumir como normal. Puede haber lateralidad completa, o parcial, es decir, de mano, pie, ojo u oído.

Pero este mundo está hacho para derechos. Somos aproximadamente entre el 10 a 12% de la población mundial, y esta población es una cifra importante, considerando que hace unos 30 ó 40 años a los que nacían zurdos se les hacía cambiar de lateralidad. Pensemos en que casi todas las cosas estan hechas para diestros y no para siniestros; los pupitres por lo general están orientados para derechos, por lo cual hay que, o sostener el brazo en el aire, o poner otro pupitre para apoyar la extremidad, para no tener problemas de espalda. Cuando escribimos, a veces lo hacemos con el cuaderno u hoja en otra posición, para no arrastrar la tinta de los recientemente escrito, además el espiral de los cuadernos está a la izquierda, para que no moleste a diestros; el mouse de un PC o simil, está al lado derecho. Los vehículos circulan por la derecha, las guitarras se tocan por la derecha (se pueden cambiar las cuerdas para usarla por la izquierda); cuando se corta con la tijera, por lo general los zurdos no vemos el borde que se corta, las botellas y rascos se abren por la derecha. Para saludar, se pasa la mano derecha. Jugar cartas y ordenar las tuyas es un problema.

Que los zurdos son más inteligentes, sólo un mito; creo que hay que enfrentatse a muchos más problemas que nos obligan a desarrollar los dos hemisferios del cerebro. Sólo quiero agregar una reflexión: todas las cosas para diestros las podemos usar los zurdos, pero no todos los diestros pueden usar artículos para zurdos. Saludos.

19 junio 2007

Ejemplo de Superación

Lance Armstrong es uno de los mejores deportistas de todos los tiempos. Este ciclista estuvo enfermo de cáncer y, posteriormente, 7 años campeón del Tour de France: 1999, 2000, 2001 y 2002, 2003, 2004 y 2005, año de su retiro. En 1996 se le diagnosticó un cáncer de testículos, lo que hizo cambiar al pedalero estadounidense. A partir de entonces inició una espiral descendente que parecía dejar una única salida: la quimioterapia, la recuperación y, posteriormente, la metástasis en el cerebro y en los pulmones. Salir con vida tras esa experiencia provocó en Armstrong una metamorfosis radical. Cambió su cuerpo y cambió su mente, y se convirtió en un hombre ambicioso e invencible.

Durante su enfermedad, Armstrong, reflexionó acerca de su situación. De esa reflexión, comparto con Uds. algunas de ellas:

«Es un hecho demostrado que los niños con cáncer tiene un índice de curación mayor que los adultos. Me pregunto si la explicación no tendrá que ver con su inconsciente y natural valentía. Los adultos sabemos demasiado sobre fracasos y derrotas, somos más cínicos, resignados y miedosos.»


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«Una cosa que te das cuenta cuando estás enfermo es que tu no eres el único que necesita apoyo. Más bien al contrario, eres el más indicado para animar a los demás. Mis familiares y amigos no tenían porqué ser siempre los que dijeran “lo vas a lograr, seguro que te curas”. En ocasiones yo era el que les reconfortaba a ellos. “No se preocupen. Me pondré bien.”»


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«La víspera de la operación, por la noche, pensé acerca de la muerte. Me pregunté por mis valores más auténticos y definitorios. Me cuestioné si, en caso de morir, quería hacerlo peleando o entregándome pacíficamente. ¿Estaba contento con mi vida? Pensé que básicamente era una buena persona, aunque podía haber sido mucho mejor. Medité sobre todo aquello en lo que de verdad creía. Nunca he rezado mucho... pero sentí que tenía la necesidad de ser una persona espiritual, que tiene unas creencias sólidas y fervientes. »

Es natural que el hombre no quiera sufrir, pero tarde o temprano lo experimentará. No hay una educación en torno al dolor, siendo que alguna vez lo experimentaremos. También es cierto que la sensación de dolor es subjetiva y condicionada a varios factores. Entonces, se hace necesario hablar de él, de informarse, de saber de que se trata con quienes lo han sufrido. En estos casos, el cariño, o el entendimiento superficial no lo es todo.

09 junio 2007

Homónimos Chilensis

Cuando llegué a Santiago, hace algunos años, algunas personas se extrañaban de algunas palabras que empleaba, así como yo no entendía lo que ellos hablaban. Así entonces, me di cuenta que hablamos distinto según de donde venimos, y no hablo de que los del sur hablan como "huasitos", o los de más al sur hablan "cantaíto", o los nortinos hablamos con el "puis" o el "pe" entremedio, o que los santiaguinos hablan de "eris", "pior" entre otras cosas… son palabras, denominaciones para una misma cosa, que según donde estés, se expresa de forma distinta.



Cuando ofrecí un caramelo, ofrecí una "pastilla", pero acá "pastilla" es el medicamento, el caramelo es el "dulce"; cuando fui a comprar pan, pedí "pan batido", pero me dijeron que no sabían cual era; al indicarles el tipo de pan, me dijeron que era "marraqueta", o "pan francés", como le dicen más al sur. Una vez me caí y me hice una herida, una "nana" le llamé yo, pero acá las "nanas" son las que cuidan a los niños, acá esa herida era una "yaya". Que las "micros" de acá, allá son las "liebres"; que la gente es "clever", "buena onda", "buena tela"; que decir "Ok" en otros lados es decir "vale"; que andar en "buzo", en algún lugar es andar con "salida de cancha"; que en el norte digo que me voy a juntar con los "niños", y acá son los "chiquillos"; que en el norte a todo el mundo le dicen "joven", por más edad que tenga… en fin, tantas cosas, que al final da lo mismo como le llames a las cosas, lo importante es entender y hacerse entender….