Primero que todo, mil disculpas por no postear anteriormente, pero lo que pasó en el norte me ha tenido fuera de circulación.
El miércoles 14 de Noviembre se movió el piso en Tocopilla. Allá estamos acostumbrados a los temblores, aún en circunstancias de que acá en la capital un temblor grado 5 alarma a medio mundo, y por allá es un remezón más. Pero este fue distinto. Grado 7.8 en la escala de Richter y VII en la escala de Mercalli ( la escala Richter representa la energía sísmica liberada en cada terremoto y se basa en el registro sismológico. La escala Mercalli se basa en daños producidos en estructuras y la sensación percibida por la gente). Y fue de día. Gracias a Dios no hubieron tantas desgracias humanas que lamentar, sólo 2 personas fallecidas consecuencia del movimiento es un bajo precio. Pero...
Pero la ciudad es un desastre. Es como si hubiera ocurrido una guerra. Es lo que puedo percibir del relato de decenas de personas con las que he tomado contacto y que están ahí, en el sitio, o estuvieron en distintas zonas donde también sintieron este terremoto. Gran parte de mis amigos y mi familia está allá. A mi casa, no le ocurrió nada, salvo una grieta en el frontis, lo que es muy afortunado. Pero en mi barrio, la mitad de las casas tienen que ser demolidas, ya sea porque practicamente se cayeron, o porque presentan serios daños estructurales. Y eso no es nada en comparación a sectores populares, donde poblaciones completas se vinieron abajo. Y la gente está en la calle, cuidando sus pocos enseres. Estuvo cortada el agua y la luz; o sea, da lo mismo que esté cortada la luz, pero el agua... vivir sin agua es terrible. Es parte de nuestra alimentación, de nuestra vida. Es explicable en parte entonces, que los primeros días post-catástrofe, la gente desesperadamente haya asaltado camiones de ayuda. Es gente que no tiene qué comer y qué beber. El esfuerzo de toda una vida se vino abajo de una vez, y sin avisar. Además, piensen en esos niños que, además de tener alimentos restringidos, estaban en clases a la hora que ocurrió el sismo. Pienso que cualquier movimiento hará que ellos salgan aterrados y huyan en cualquier dirección. Afortunadamente, y como zona sísmica que somos, la gente en general ya sabe lo que hay que hacer frente a estas situaciones, cuales son las vías de escape y donde dirigirse en caso de maremoto, porque eso fue lo que se penso minutos después del terremoto. Como no había luz, toda la gente empezó a ¿caminar? hacia los cerros, pues según las instrucciones que se tienen allá, sólo se cuenta con 30 minutos para poder buscar estar a salvo del tsumani. Pero ello no ocurrió (el tsumani).
El hospital, la comisaria, la gobernación, son edificios que pasarán a la historia, ya que serán demolidos. Las demoliciones ocurren todos los días. Personal del Ejército ayuda en estas tareas de remoción de escombros. Además se ha aumentado la dotación de carabineros al triple, y de efectivos de Investigaciones, ya que con toda esta "exposición" de las casas, en el sentido de que la gente deja sus casas abiertas en caso de que haya otro movimiento para huir, han aumentado los pseudo saqueos y robos. Además, inicialmente, y como en todos lugares hay gente que se aprovecha de todo, subieron las cosas de primera necesidad, p.ej. el kilo de pan valía $2000 por lo menos, o una vela $1000...¡sólo 1 vela!. Ahora, la distribución de la ayuda, que ha sido bastante generosa, se ha regularizado. Pero la ciudad está caída. Es decir, habrá que reconstruir la ciudad, habrá que "refundarla". La reconstrucción será lenta, pero espero confiado en que se pueda.
Estando en Santiago, y trabajando, Uds. comprenderán mi estado de ánimo. Primero que todo una preocupación constante, el no poder estar ahí es una sensación algo amarga que no me abandona por estos momentos. Sólo me apacigua el saber que los míos están bien. Además, pienso que en estas situaciones es fundamental poder transmitir tranquilidad, ánimo, fortaleza. Lamentable fue para mí que la televisión, si bien le dio una cobertura al episodio, prefirió transmitir "amoríos de futbolistas y modelos" como tituló algún magazine español a exhibir lo que en realidad estaba ocurriendo. Me queda más que claro que Santiago es Chile, y que si hubiese ocurrido acá, otra es la historia, y hasta el día de hoy estaríamos con la tele llena de terremoto. Pero no es eso lo que quiero, sólo quiero que consideren al norte como una parte más de Chile, y como tantos, muchos tenemos familia y amigos allá, por lo cual, en virtud de esos antecedentes, y básicamente, porque es una noticia nacional, se debió haber dado más cobertura al terremoto.
Ver mi ciudad de lejos me causa pena. Pienso que cuando vaya ahora en diciembre para allá, ya nada será lo mismo. Pero bien, por lo menos todo empieza a tomar "relativa normalidad", dentro de lo que se puede, y la tarea es, reconstruir la ciudad, una ciudad triste, una ciudad que debe volver a nacer.