Es una maldita obsesión que he adquirido, o más bien, es algo que siempre he tenido – o me han inculcado – y ahora se ha desarrollado en toda su magnitud. Es que como dice Pantaleón Pantoja en “Pantaleón y las Visitadoras” a sus superiores, “es que yo no sé hacer las cosas de otra forma”. Aunque también creo que es un fenómeno que se está dando en el mundo laboral, o sea, creo que el recambio generacional en los distintos trabajos ha provocado también un recambio cultural, la “cultura laboral”, en el sentido de que existe ahora un ánimo por hacer las cosas, y no, por ejemplo, apenas dá la hora de irse, ponerse las zapatillas con clavos e irse inmediatamente. Creo que en los nuevos laborantes existe un sentido de responsabilidad implícito, lo que hace que a veces cuando no te alcanza el tiempo, te quedes un rato más terminado la pega, y en casos más extremos, llevarse la pega a la casa, cosa que no hago, y por supuesto que estoy en contra. Para mí salir del trabajo es olvidarme del trabajo hasta que vuelva.
Nunca por hacer las cosas bien se ha perdido el tiempo...dice la frase, pero croeque en mi caso, y me imagino en muchos más, ocurre lo contrario. A veces, por hacer todo bien, o por corregir cosas, he perdido mucho tiempo, en hacer otras cosas, y por ende, me he tenido que quedar más rato. Obviamente esas horas por lo general no se devuelven, y al final, por tener la voluntad de hacer las cosas bien, nadie te retribuye nada.
Nunca por hacer las cosas bien se ha perdido el tiempo...dice la frase, pero croeque en mi caso, y me imagino en muchos más, ocurre lo contrario. A veces, por hacer todo bien, o por corregir cosas, he perdido mucho tiempo, en hacer otras cosas, y por ende, me he tenido que quedar más rato. Obviamente esas horas por lo general no se devuelven, y al final, por tener la voluntad de hacer las cosas bien, nadie te retribuye nada.
¿Será que somos trabajólicos? ¿Qué hay de malo en hacer las cosas bien? ¿Cuál será el costo a largo plazo para nuestra salud, entre otras cosas?