28 agosto 2006

Esa maldita manía de hacer las cosas bien...

Es una maldita obsesión que he adquirido, o más bien, es algo que siempre he tenido – o me han inculcado – y ahora se ha desarrollado en toda su magnitud. Es que como dice Pantaleón Pantoja en “Pantaleón y las Visitadoras” a sus superiores, “es que yo no sé hacer las cosas de otra forma”. Aunque también creo que es un fenómeno que se está dando en el mundo laboral, o sea, creo que el recambio generacional en los distintos trabajos ha provocado también un recambio cultural, la “cultura laboral”, en el sentido de que existe ahora un ánimo por hacer las cosas, y no, por ejemplo, apenas dá la hora de irse, ponerse las zapatillas con clavos e irse inmediatamente. Creo que en los nuevos laborantes existe un sentido de responsabilidad implícito, lo que hace que a veces cuando no te alcanza el tiempo, te quedes un rato más terminado la pega, y en casos más extremos, llevarse la pega a la casa, cosa que no hago, y por supuesto que estoy en contra. Para mí salir del trabajo es olvidarme del trabajo hasta que vuelva.

Nunca por hacer las cosas bien se ha perdido el tiempo...dice la frase, pero croeque en mi caso, y me imagino en muchos más, ocurre lo contrario. A veces, por hacer todo bien, o por corregir cosas, he perdido mucho tiempo, en hacer otras cosas, y por ende, me he tenido que quedar más rato. Obviamente esas horas por lo general no se devuelven, y al final, por tener la voluntad de hacer las cosas bien, nadie te retribuye nada.

¿Será que somos trabajólicos? ¿Qué hay de malo en hacer las cosas bien? ¿Cuál será el costo a largo plazo para nuestra salud, entre otras cosas?

18 agosto 2006

Tráfico de sangre...

Ha salido en los últimos días a la luz pública una situación anómala, por llamarla de alguna forma, que ha señalado que existiría un presunto “tráfico de sangre” en una institución de salud, y peor aún, de sangre contaminada con hepatitis. Más allá de dilucidar si la situación en cuestión es cierta o no (cosa que no haré), me gustaría explicar algunas cosas en torno a toda esta situación.

Primero que todo: toda la sangre y/o productos sanguíneos (llámese de aquí en adelante “hemoderivados”) que son transfundidos a los pacientes (en forma urgente como no urgente) están con estudios serológicos y bacteriológicos y debidamente tipificada, vale decir, de cada unidad se conoce con certeza su grupo sanguíneo, y además está estudiada para determinar la presencia del VIH, Hepatitis B, Hepatitis C, enfermedad de Chagas, Sífilis y en la mayoría de las instituciones de salud, la enfermedad denominada HTLV I/II, con resultados de estos análisis para estas enfermedades negativo. Por lo tanto, esta sangre constituye sangre “segura”. Además, se le realizan estudios de compatibilidad con el paciente al cual se le va a transfundir el hemoderivado.

Segundo: Las personas que van a donar sangre, lo hacen de manera altruísta, es decir, de manera desinteresada y voluntaria. Dentro de esto, en los Bancos de Sangre se definen principalmente dos tipos de donantes: el donante de reposición, que es quién va a donar para un paciente, y los donantes voluntarios, que son los que van a donar libremente (no para un paciente). Dentro del proceso se le realiza un chequeo básico al posible donante, es decir, se le controla el pulso, la presión arterial, la temperatura, peso y estatura, y además se le realiza un examen denominado hematocrito, el cual determina la cantidad de glóbulos rojos presente en la sangre de una persona (expresado en porcentaje). Si alguno de estos parámetros resulta alterado, la persona no puede donar sangre. Además, se le realiza al posible donante una entrevista, de carácter privado, en el cual se le pregunta por enfermedades que pudiere tener, conductas de riesgo, entre otras cosas. Si la persona pasa este proceso, está en condiciones de donar. La cantidad que se saca de sangre es aproximadamente de 450 cc, y el tiempo varía de 5 a 10 minutos, dependiendo del acceso venoso del donante. Una vez extraída, esta sangre NO SE UTILIZA para transfusiones, hasta que se le hayan hecho los estudios pertinentes establecidos en el párrafo anterior.

Tercero: La sangre donada se fracciona, y se almacena en distintos refrigeradores hasta su uso. Podemos decir entonces que la sangre se divide en glóbulos rojos, los cuales son almacenados a 4ºC, plaquetas (que intervienen en la coagulación de la sangre) que se almacenan a 20-22 ºC, y el plasma (que aporta factores de coagulación) se almacena entre –20 ºC y –70ºC. Al momento de transfundir cualquier hemoderivado, y según la necesidad, se temperan en un Baño María a 37ºC, para llevarlos a la temperatura corporal.

Cuarto: Entre instituciones de salud existen intercambios de hemocomponentes, cuando una institución carece de productos y viceversa. Estos intercambios apelan a la solidaridad y no tienen costo algunos entre instituciones de salud, y a cambio del préstamo se solicitan otro tipo de hemoderivado, o en su defecto, insumos utilizados en el Banco de Sangre, como bolsas de extracción.
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Si hay tráfico o no, no es materia discutirla ya que para eso están todos los antecedentes en manos de la justicia. Lo que sí puedo decir es que aquí existió una falta a la ética, además de negligencia, es decir no se hizo lo que se debía en su momento; e tal vez algo de inoperancia. Además, debo decir que la donación de sangre es un acto de solidaridad, es una acción segura y no presenta riesgos para quién lo hace. Recuerda que donar sangre es donar vida.

12 agosto 2006

Copias felices del Edén?

Chile es un país de imitaciones. Increíble es ver la cantidad de productos que, si bien no son falsificados, corresponden a una marca "alternativa" que de lejos, bien se parece a la original, o en su defecto ocupa distintos patrones de la marca original. Entonces, podemos mencionar "marcas" deportivas como Adibas, Reedok, Pat, Mike las cuales usan hasta las mismas claves identificatorias (p.ej. Adibas usa en sus zapatillas 4 bandas en vez de 3 de su original Adidas) . El imitador por excelencia de calzado de marca es Giussepe Poloni, marca que se dedica a reproducir marcas como Caterpillar (bajo el logo "G / P"), Skechers, entre otras marcas taquilleras. O basta ver los míticos y antiguos bolsos de viaje "Jaguar" con el logo de Puma al revés, o también la ropa que venden en la feria (polerones, poleras, poleras piqué, etc.) con un cocodrilo en el costado superior izquierdo, pero ojo esta es marca "Yacaré", imitación de su original "Lacoste" en la cual el famoso cocodrilo sale mirando hacia el otro lado.
Cómo no recordar al famoso "Telín", muñeco que aparecía en el programa "De Buen humor" del Chino Navarrete con la Paulina Nin, sí, ese mono que decía " ¡¡¡ teléfono !!! " en la voz de Jorge Garrido (Juan Sagura de La Oficina del Jappening). Este muñeco es una imitación del también conocido en los `90 ALF, mono proveniente de Melmac y que se quería comer el gato de la familia. Este Telín es un personaje de culto, y tras largos esfuerzos por hallar alguna evidencia de él, no se pudo hallar ni una foto de este incognito personaje. Me recuerdo que este mono hacía un gesto con la mano, algo así como llevando una bandeja como mozo, pero sin bandeja, y la movía como egipcio o algo así...me causaba mucha risa ese mono ridículo, pero imitación al fin y al cabo.

Se me vino a la mente algo que tal vez no muchos se recuerden: Los Titanes del Ring...tal vez muchos estaban en Coquimbo aún; yo me recuerdo que estaba chico, y veía a Mister Chile, La Momia, Angel Blanco, Halcón, El Zorro, El Huaso Chileno, El Huracán Maldito, Satán Negro, Pretty Norman, Torito, Charro Mexicano, entre otros, los cuales se encontraban domingo a domingo en el ring instalado en el teatro Caupolicán de la calle San Diego de Santiago. Se me ocurre que éste show, escuela de la Lucha en los '80, bien hubiera podido servir para que la famosa WWF haya montado su show, pero se me ocurre también que no creo que haya sido así. Chequea este video AQUÍ para recordar aquella época en que nos entreteníamos con cosas simples...

Cuando necesitas un repuesto para tu vehículo, o vas a comprar algún repuesto a algún taller o simil, te ofrecen "el de la marca" y "el alternativo"; obviamente el "alternativo" es mucho más barato, pero de calidad discutible. Cuando vas a comprar un género, y te ofrecen uno que es "imitación de...", o vas a la farmacia, y te ofrecen "el mismo, pero de otra marca", con la consiguiente economía, o las tintas para impresoras...sale más barato el "relleno"o el cartucho "alternativo" que el original; y así podríamos enumerar un sinfín de situaciones bajo el mismo modus operandi... ¿será entonces que somos un país de imitaciones? ¿será que lo barato cuesta caro?...

05 agosto 2006

El miedo

El pasado 1 de agosto salió publicado mi aporte para Ciudad Utopía, y a propósito de lo mismo, cabe plantearse qué es el miedo. Podemos describir distintos miedos: el miedo a tí mismo, el miedo a lo otro, el miedo a los fenómenos naturales, el miedo neurótico, y como las enfermedades, el miedo agudo y crónico. La RAL define al miedo como “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Recelo o aprensión que uno tiene de que le suceda una cosa contraria a lo que desea”.

Podríamos decir que habrían 4 componentes básicos de los que consta el miedo: la experiencia subjetiva de temor, los cambios fisiológicos, las expresiones directamente observables de miedo y los intentos de evitar ciertas situaciones o escapar de ellas.

Las consecuencias del miedo pueden ser muy diversas, pero una exposición repetida a los estímulos que causan miedo puede provocar cambios duraderos en la conducta, los sentimientos y el funcionamiento psicofisiológico de las personas.

Hay distintos aspectos involucrados con el miedo. Uno es la ansiedad, definido como un estado de inquietud, de agitación. Por otro lado, decimos que el miedo que hace referencia al peligro real de una forma más o menos específica, pero desproporcionada, es una fobia. Por otra parte, debemos hacer alusión al término terror, que sería el miedo específico a que ocurra algún acontecimiento o acción nefastos. Lo distinguimos del horror, ya que este implica algo repugnante y negativo, mientras que el terror, no. También está el susto, entendido como una impresión repentina, el sobresalto, un susto repentino, y el pánico, que se entiende como el miedo grande o el temor muy intenso.

Ahora, la pregunta es: ¿será necesario el miedo para vivir? ¿qué seríamos sin miedo? Yo creo que el miedo es necesario, ya que nos permite tener la inigualable sensaciòn de sentirnos vivos. Otros dicen que tener miedo no sirve de nada, que el miedo es cosa de cobardes... ¿qué crees tú?